En Gredos no resulta difícil ver de cerca las cabras montesas a poco que tengas la oportunidad de caminar un par de horas desde
Si no apetece la subida o, como es mi caso, no la soportan los pequeños acompañantes, también es fácil ver a las cabras abajo cuando, a la caída de la tarde, se acercan a beber al río que baja por
Las hembras de esta especie son tímidas, insinuantes. Bajan por las rocas rotas con trayectorias evasivas, vigilantes ante las miradas de los humanos, protectoras de sus cabritos. Desprovistas del altivo desdén con que los machos adornan su facha de demonios, las hembras te lanzan miradas recatadas mientras se aproximan con pasos de geisha, camufladas con los colores del monte, camaleónicas bajo la luz rasa del atardecer, apareciendo y desapareciendo como espectros entre los riscos, merodeando entre las nubes.
Todo lo cambio por unas pisadas de terciopelo sobre el abismo en sombras, por una silueta recortada contra la luz menguante, cuando voy a Gredos.
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2 comentarios:
preciosa estampa... solo falta el lobo al acecho. aunque dudo que tuviese narices de enzarzarse con un macho cario de esos.
jeje, es que el otro dia volvi a ver Aullidos... que grande
por cierto, como mola cuando te da por compartir este tipo de posts. gracias
Creo que dudas bien, un lobo solitario no tendría mucho que hacer.
Muchas gracias... Sé que me pongo un poco cursi pero no puedo evitar un poco de bucolismo cada vez que regreso de unos días en el monte.
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