27.12.07

PEQUEÑO CUENTO DE NAVIDAD


Aquella misma mañana había leído que las listas tan acostumbradas en épocas navideñas, ante la cercanía del cambio de año, eran más cosa de exhibicionismo que otra cosa, y que los que las confeccionaban cumplían así un íntimo deseo de mostrarse a los demás, situando sus preferencias en un contexto por todos conocido. Hacer listas era como hacerse un autorretrato.

La chica que me acompañaba, última oportunidad programada de remojar en Nochevieja algo más que el gaznate, también tenía una lista, y decidió dármela a conocer, y con ella su carácter, aunque yo hubiese preferido otro tipo de demostración, un baile a lo Ginger Rogers o una demostración de muecas escalofriantes, algo menos cerebral.

- Para el próximo año me he propuesto ser mejor persona, hacer más deporte y beber más zumos.

“Dioses”, pensé, y dije:

- Voy un momento al baño…

Afortunadamente el local tenía una salida trasera por la que pude deslizar mi estupefacción.


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