12.7.10

BANANOS


En las repúblicas bananeras, su economía pende de un fino hilo, del capricho de la meteorología o del capricho de un consejo de administración. Una tormenta mal venida o una decisión inmisericorde arruinan las esperanzas que dependen de un sólo cultivo; arruinada una cosecha o un precio, llega el hambre.

Hace unos meses, la salvación de nuestra economía dependía de la innovación, de la creatividad, de la diversificación. Eso nos decían. Hoy hemos ganado un Mundial de fútbol, y, nos dicen, crecen los bananos.

4 comentarios:

malatesta dijo...

Pero para qué les dejas que te estropeen el momento, hombre. A disfrutarlo, y la semana que viene nos volvemos a ciscar en todo lo que se menea, ja, ja, ja.

ismo dijo...

;) Mis momentos los disfruto igual... Soy como un clima tropical, como una pintura de Caravaggio, como un cambio de ritmo del Johan Cruyff del '74. De otra forma, todo me resultaría muy gris y aburrido :):)

XuanRata dijo...

Hombre, tampoco saquemos las cosas de quicio: todo esto no es más que otro pretexto, uno más, para la fiesta. Ya se sabe que el verano es la temporada apropiada par los baños de masas. Lo demás, carne de opinadores y sociólogos.

ismo dijo...

Mucho me temo que el verano de nuestro actual gobierno dura ya varias estaciones. Se me están acabando todos los tarros de Nivea ;)