23.1.10

CORBACHO PILLA CACHO


Recientemente tuvimos noticia de que el Ministerio gobernado por el Sr. Corbacho había conseguido una jugosa tajada del presupuesto que el Estado dedica a la propaganda institucional: con un aumento del 32%, frente al descenso del 42% en los presupuestos dedicados a la promoción de la educación, el Ministerio de Trabajo fue el mayor beneficiado en la asignación de recursos financieros para publicidad.

Ahora, el Sr. Corbacho, con ocasión de la catástrofe de Haití y a través de una de esas publicaciones promocionadas por su Ministerio, ha publicado una lista de ONGs a cuyas cuentas corrientes podemos los contribuyentes enviar nuestra ayuda. De dicha lista se han caido dos de las asociaciones con más arraigo y difusión en cuanto se refiere a la ayuda a los necesitados, Manos Unidas y Cáritas, ambas católicas. Es de suponer que la ONG antaño presidida por Leire Pajín figurará en dichas listas, si tenemos en cuenta que fue la máxima beneficiaria de las subvenciones otorgadas por el gobierno socialista cuando llegó al poder.

Nuestra tasa de paro anda por el 18% de la población activa, y creciendo, y este señor no encuentra mejor forma de hacer su trabajo (afortunado él, que lo tiene) que ponerle anuncios a los amiguetes, así que no puedo menos que dedicarle mi viñeta de hoy y todo mi desprecio por convertir una causa humanitaria en un panfleto político.



3 comentarios:

malatesta dijo...

Ja, ja, ja, qué buena la viñeta de hoy, compi. Como decía Milikito, "Menos samba y más trabajar".

Anoche me acordé de tí, revisionando La Vaquilla. Disfruté como un enano, tanto con la película como con la entrevista con los peliculeros, como se autodenominó Sacristán. No sé si estarás de acuerdo conmigo, pero quizás sea ese el espíritu con el que deberíamos recordar esa parte de nuestro pasado común: con una sonrisa. Amarga, pero una sonrisa al fin y al cabo.
Un abrazo.

ismo dijo...

Anoche no la vi, pero recuerdo La Vaquilla con ese espíritu del que hablas, así que estoy más que de acuerdo contigo. Lo que pasa es que yo no he sido tan hábil como Berlanga a la hora de ponerle sonrisa a la amargura. Quizá a mi viñeta de hoy le sobraba el texto.

Anónimo dijo...

Qué barbaridad!!