10.9.09

TARAMUNDI (II)


Taramundi

Hoy hemos viajado en el tiempo, a Taramundi. Remontando desde la ría del Eo, nos hemos adentrado en una partida de montes y bosques donde el paso de los años se detiene aquí y allá por más que persista la inevitable presencia de los tiempos modernos. Lo moderno y lo antiguo se entremezclan como el agua dulce y la salada. Hay un Taramundi diseñado por ordenador, ordeñado con hormigoneras y grúas rugientes, de acero inoxidable, tan ajeno a sí mismo como cualquier ciudad moderna, rendido a materiales y utensilios tan extraños, aun comunes, como lo sería para Guttemberg un libro digital, o como lo sería una batidora eléctrica para un pescador levantino que preparase en el mortero su alioli; pero hay otro Taramundi de acero y de herrumbre, en el que la técnica es obvia y cercana y el único misterio nace de la canción del agua, del susurro de la madera y del silencio de la piedra. En esa tierra conservamos conciencia de lo que somos y, lo que parecería más fácil, de lo que usamos; en esa tierra, la Revolución Industrial no existe, y lo que cada hombre usa es sólo lo que comprende.

En Seares, el 1 de septiembre de 2009

Fragua en Pardiñas

2 comentarios:

XuanRata dijo...

"Lo que cada hombre usa es solo lo que comprende". Hace tanto que abandonamos está máxima que ya no sé si para volver a ella es mejor ir hacia atrás o hacia delante.
Has dado en el clavo, Ismo. Corro a comprarme un martillo. Lo dificil será decidir donde asesto el primer golpe.

ismo dijo...

Pregúntaselo a mi dedo.