9.9.08

CAPUCHINOS

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A menudo encuentro en la prensa noticia de alguno de esos experimentos absurdos que se realizan con animales. La última, de hace algunas semanas, daba cuenta de los que padecieron unos monos capuchinos para que un grupo de científicos consiguiesen demostrar, como suena en titulares, que tales primates tienen “bondad y capacidad de empatía”.

Los investigadores del centro de investigación de primates de la universidad de Atlanta ofrecieron dos fichas diferentes a los pequeños monos, ambas canjeables por alimentos. Con una de aquellas fichas, la monita depositaria podía obtener comida para sí misma (opción egoísta) y con la otra podía obtener comida para sí y para otra (opción social), y se demostró que las monas (porque todas las del experimento eran hembras) hacían uso de la opción social cuando estaban acompañadas de otra hembra de su mismo grupo y utilizaban la opción egoísta cuando su compañera de jaula pertenecía a su misma especie pero a un grupo social distinto. De todo ello, los científicos deducían que, para un mono, “debe ser gratificante que otro reciba alimento”, que la empatía aumenta con la cercanía social y, en definitiva, que los monos capuchinos se preocupan por el bienestar de aquellos que conocen, por todo lo cual, los capuchinos son bondadosos.

Lo que yo no acabo de comprender es por qué se realiza un experimento con un animal que se organiza en grupos para intentar demostrar que los animales obtienen alguna ventaja del grupo. Desde luego los investigadores no tenían demasiado claro si los capuchinos eran bondadosos pero, a la vista de su proyecto investigador, cabe pensar que los consideraban indudablemente imbéciles ¿Qué animal viviría en comunidad si no pensase que con ello puede beneficiarse su alimentación, o su seguridad?

El experimento en sí parece incompleto, demasiado incompleto para ocupar un lugar en las agencias de noticias. Ya puestos a fastidiar a los capuchinos metiéndolos en una jaula y obligándoles a efectuar asociaciones entre fichas y trozos de fruta, se me ocurre que los científicos de Atlanta deberían haber introducido otro tipo de ficha en su estudio: una que sería canjeable por comida para otro y que no proporcionase comida para uno mismo. Con esa nueva ficha, podríamos comprobar, por ejemplo, si un ejemplar bien alimentado está dispuesto a renunciar a su ración para beneficiar la salud de un individuo de su grupo insuficientemente nutrido, lo cual nos daría la verdadera medida de su “bondad”. Que un mono renunciase a su comida para dársela a otro sí me resultaría sorprendente, pero no así que un mono consiga sin esfuerzo una ración de comida suplementaria que sólo puede ser disfrutada por otro. Lo único que confirma este experimento es lo que ya sabíamos: que los animales que viven en grupos intentan estrechar sus relaciones sociales, sea con regalos de comida, sea con un tratamiento completo de hidromasaje y despiojización o sea sacando la cara por otro cuya amistad nos puede beneficiar en el futuro. Si alimentas a alguien de tu grupo con la comida que tú no puedes comer, haces fuerte al grupo y, con ellos, a ti mismo; no hay en ello un propósito altruista sino una fina estrategia de supervivencia.

El experimento demuestra también algo más, una conclusión que a mí me parece tan relevante como la que deducen en Atlanta: que un capuchino no estará dispuesto a alimentar a otro miembro de su especie aunque le “sobre” comida si ese individuo no es de su grupo social, o sea, que un capuchino no demuestra ninguna empatía hacia miembros de su especie que no sean, además, colegas suyos. Naturalmente, ese comportamiento tampoco tiene que ver con la bondad y sí mucho con la supervivencia y los capuchinos, en esto, no se diferencian mucho de los humanos y se rigen por normas similares a las que rigen creaciones humanas como el capitalismo feroz o el fútbol profesional: aplasta a tu vecino para reducir la competencia, niégale todo. Habría sido interesante saber también, de los capuchinos, si ellos niegan abiertamente la comida al individuo ajeno a su grupo o si, como hacemos los humanos, intentan, al menos, disimularlo... aunque no tan interesante como para meter a un mono en una jaula.


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Capuchino (Foto Web)
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6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues sería cuestión de probar con otro experimento. Quiero decir con humanos, a ver si dejan ya de tocar los cojones (perdón) al resto de las especies.

Vive Malabar dijo...

Estoy con Oscar... Que prueben todo lo que quieran, pero con aquel que tenga toda la informacion al respecto y la capacidad de decidir y elegir, si desean someterse o no a dicha prueba.
Soy consciente de las necesidades experimentales de los cientificos, pero ya podrían mejhorar las condiciones de vida de los animales...no???

ismo dijo...

En todo caso, las investigaciones con animales deberían obedecer a propósitos menos absurdos. Otro experimento del que se dio noticia consistía en averiguar si los monos son capaces de hacer regalos ¿?. Si, al menos, esas investigaciones se destinasen a buscar remedios a enfermedades o a mejorar la propia salud de esas especies... pero no, parece más interesante encerrar a un mono para comprobar si intenta ligarse a una mona con regalos, si es capaz de envolverlos correctamente con un lazo rojo o si el hecho de que ande todo el día con la pistola desenfundada significa que está enamorado.

¡La Pucha, digo!, que diría Mafalda

gloria lizano lópez dijo...

La curiosidad del ser humano es imparable, protones o capuchinos, consigo mismo o microscópicos bichillos. Supongo que hay normas para toda investigación, supongo también que hay delincuentes, vagos, malos científicos, mal de la cabeza en el sector de la ciencia y la investigación.
Todo es más complicado, moral, ética y normas básicas de vida, han de controlar un poco las cosas.

Avanzar a costa de todo no es siempre un beneficio.

Marta dijo...

Yo metría a ese grupo de científicos en una jaula y los alimentaba a base de plátanos...para ver qu epasa simplemente...algún descubrimiento científico se nos ocurrira.

ismo dijo...

jajaja, seguro que se nos ocurría algo... Estoy por abrir una entrada para ver qué opciones se nos ocurren, en plan vena cabronceta :)