13.7.08

MUERTOS VIVIENTES

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Sant Joan, Boí
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Constantemente me sorprendían los cementerios, cuidados, las tumbas llenas de flores frescas. Se amparaban junto a los muros de las iglesias románicas, en Taull, en Barruera, en Boí; apenas ocultos por bajos muretes de piedra, participaban al paseo de los vivos el sueño de los muertos ¡Qué distintos los de las ciudades, parapetados tras recintos carcelarios!

Quien acepta con tanto amor la presencia de la muerte seguramente sabe más de ella que el resto de los mortales. En el valle de Boí quieren a sus difuntos, rememoran en sus tumbas las vidas de los que se fueron, recuerdan y embellecen el recuerdo con flores de vivos colores, siempre frescas, siempre presentes. Han construido jardines junto a ellos para que vivan los muertos.

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Sant Feliu, Barruera
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3 comentarios:

Marta dijo...

Me recuerda a Salzburg...hay una calle en pleno centro del pueblo llena de jardines preciosos y cuando te fijas ves las tumbas, se trata del cementerio, cuidadísimo, con ramos frescos todos los días y con al alegría de un jardín de flores.

Me gustó. No sé porqué hay que dotar a la muerte de ese aire espectral, y lúgubre. Porque exiliar a los que vivieron antes que tú en tus calles.

ismo dijo...

A mí me recordó también a los cementerios británicos, muchos de ellos en el mismo plan que el que cuentas (y además se emborrachan en los funerales). Es tal como dices: parece que esa gente no vive la muerte tan tétricamente... quién sabe. Sea como sea, me gusta.

Carlos Martinez dijo...

Vaya, yo creía que era el único que sentía curiosidad por los cementerios. Pues si, la verdad es que dicen cosas sobre los vivos muy interesantes.http://mishuevos.blogia.com/