13.6.08

Es mejor observar a un animal que estudiar a un animal. El que observa se regocija con la mera contemplación; el que estudia, arremete, invade, analiza y saca conclusiones. Los humanos nos empeñamos en estudiar al resto de animales, que nos observan (también las plantas). Quizá nos están diciendo algo, quizá nos digan cómo se deben hacer las cosas… “Oye, amigo ¿Podrías respetar la distancia?”.

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Un tipo se fue de safari. Buscaba un Kilimanjaro, incluso sin nieve, un atardecer rojizo que recortase la silueta de las acacias, la melena de un león con sus extensiones de hierba. Quería encontrar todos esos recuerdos y conservarlos, los absorbió con un teleobjetivo y los distribuyó en carpetas de imágenes, pero luego, en su piso gris de la ciudad gris, su tesoro le pareció un botín y deshizo cada archivo en la papelera de reciclaje. Cerró los ojos: era incapaz de definir con el titubeante trazo de su imaginación la forma de las acacias, el movimiento de los antílopes o el pelaje de la hiena… pero estaba en África.

1 comentario:

Carlos Martinez dijo...

Por eso la fotografia de la naturaleza exige un aprendizaje exaustivo del medio ambiente con eso que tu dices de RESPETAR LAS DISTANCIAS.
Ese sería el primero y gran mandamiento de esta actividad.
Luego ya sería cosa de explicar como cazar sin molestar y dejando todo como lo encontramos.
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