1.5.10

ECHANDO RAICES

Como ya he contado alguna vez, todos los años nos reunimos un grupo de antiguos compañeros de colegio, subimos una montaña próxima a Alicante, la Serra Grossa, que es una mole que se levanta entre la ciudad y la turísticamente conocida playa de San Juan, y plantamos allí pinos y otras especies vegetales. Hace cinco años que inauguramos esta iniciativa estéticamente ecológica que, en realidad, sirve más que nada a nuestro propio capricho de ver crecer en esa pequeña cima inhóspita un cobijo de sombra, además de darnos el gusto de pasar un día en la montaña en buena compañía. Cuando decidimos hacer la primera plantada, un ingeniero agrónomo nos aconsejó y auguró muy malas perspectivas para el proyecto; con él escogimos un lugar en un pequeño rebaje que mira al Mediterráneo y a uno de los cabos que cierra la bahía, un precioso balcón en el que esperábamos recoger la escasa agua de las esquivas lluvias de la zona y alimentar así nuestros plantones. Durante tres años, nuestros plantones de pino, lentisco, romero,... no habían progresado; la Madre Naturaleza nos había dicho que no, que aquel no era lugar, ni esa la época... Pero hemos sido tercos y hoy hemos subido a intentarlo por quinta vez, y el campo habitualmente seco estaba punteado con el color de las flores, sobre el verde, sobre las plumas doradas de esas matas que recuerdan al esparto. La tierra de escorpiones, agrietada, rezumaba las lluvias del invierno y la primavera, abundantes este año. En nuestra pequeña vaguada habían arraigado los lentiscos, los romeros, los pinos del año pasado. El bosque otra vez.


10 comentarios:

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Me alegro, me alegro mucho. Con la naturaleza hay que ser persistente y la pobre, estaba más seca que la yesca estos últimos años. Por suerte, este año ha llovido y se nota por todos lados.
Eso mismo hicimos en mi ciudad hace algun tiempo, y ahora es un merendero muy bonito. No hay nada como cuidar de nuestros campos, son nuestro respiradero.

Besicos muchos.

Anónimo dijo...

Pues muy lindo!
Bss

dregenwar dijo...

con lo de 'plantar un pino' crei que te referias a otra cosa :P

pd. no tengo paciencia... es mas, tengo un limonero en el patio que como no de limones pronto le doy puerta. y el jazmin va detras

ismo dijo...

jajaja... Tío, calma ¿Acaso tus combinados seguirán siendo los mismos sin tus limones?

Anónimo dijo...

Eso, combinados con limón...y sin invitar!!
A ver si nos invita antes de que le dé puerta a los limoneros (qué barbaridad, cortar un árbol)
Bss

dregenwar dijo...

jaj, los limones son para el pollo asado, o un arrocito... por cierto, ahora al gato le ha dado por cargarse el precioso ficus. este si tengo que trasplantarlo y salvar lo que pueda.

ismo dijo...

Ay, los ficus... A riesgo de que esta entrada se convierta en una Reunión Anual de Leñadores, tengo que confesar que hace poco tuve que desarraigar uno y que me costó más de un asalto, el muy jodío. Cosas de la Era Industrial: el ficus cede su sitio a la barbacoa. Ya huelo la longaniza, el gazpachito manchego,... huuummm!

virgi dijo...

Será un orgullo cuando merienden un día a su sombra.
Me recuerdas a "El hombre que plantaba árboles" de J. Giono, un libro precioso.
Un abrazo

Anónimo dijo...

¿Te cuento un secreto?
Estuve semanas en un clínica, en medio de un bosque precioso al norte de Marburg. Cuando me dieron el alta, recibí un cuadernillo preciosamente editado. En un bosque que estaban replobando en la antigua RDA habían plantado un árbol que lleva una maderita con mi nombre. Lo hacen con una parte del dinero de la estancia allí.
En el cuadernillo te cuentan un poco cómo es el bosque, algo de botánica y un pequeño mapa para encontrar "tu árbol" si quieres ir hasta allí.
Me pareció una idea preciosa.

ismo dijo...

Bonito detalle.

Virgi, tomo nota del libro.