27.1.10

CALENTAMIENTO Y HOLOCAUSTO

Pese a que Iñaki Gabilondo aseguraba, con ocasión de la reciente Cumbre del Clima y con un particular concepto del todo, que el acuerdo de la comunidad internacional sobre la evidencia de un calentamiento climático global provocado por la acción humana es unánime, excepción hecha de lo que el llamó negacionistas, lo cierto es que otros medios de comunicación internacionales, quizá menos sujetos que el señor Gabilondo a los nuevos dogmas del progresismo mundial, no presentan a su público una visión tan uniforme del problema.

Tal es el caso de la información que abre hoy la primera página de la edición digital de The Times, en la que John Beddington, principal consejero científico del Gobierno inglés, advierte sobre el peligro de exagerar los datos científicos relativos al calentamiento global y señala la necesidad de mantener una discusión honesta sobre las inciertas predicciones científicas y su alcance.

En un alarde de lo que es la discusión científica libre de dogmas, el profesor Phil Jones, del Departamento de Cambio Climático de la Universidad de East-Anglia, expresaba sus motivos para censurar la información que se ofrece a los ciudadanos y al resto de la comunidad científica: "¿Por qué debería poner los datos a su disposición cuando su ánimo es encontrar en ellos algo erróneo?".

Beddington, no sobra apuntarlo, mantiene sobre el calentamiento global de origen humano una postura escéptica, y admite la conveniencia de la reducción de emisiones contaminantes aunque mantenga sus dudas sobre las consecuencias que esa emisiones puedan tener sobre el clima del planeta.

Es oportuno también señalar aquí, en el Día Internacional de Commemoración de la Víctimas del Holocausto Nazi, que el término "negacionistas" está históricamente reservado para los tipejos que ponen en cuestión el holocausto, y que cualquier tentación del señor Gabilondo o Juan López de Uralde por establecer una semejanza entre éstos y los simplemente escépticos ante los dogmas del neoecologismo es de una simpleza intelectual y de una bajeza moral sencillamente aplastante.

8 comentarios:

dregenwar dijo...

de acuerdo que es un mal empleo del termino. es mas, no creo que sea una desafortunada coincidencia... todo el mundo sabe lo que es el negacionismo y lo que implica. en realidad, los que estan manipulando cifras y tergiversando la verdad son ellos.
de todas formas, creo que no se puede dudar del impacto de la accion del hombre sobre la naturaleza. otra cuestion es que sea tan catastrofica como nos la pintan. hay un reportaje estupendo al respecto que viene a decir que los gases provocados por la accion del hombre habian ocupado la vacante dejada por la expulsion de gases del interior de la tierra mediante los volcanes, dejando nuestro planeta nuevamente en equilibrio.

la unica realidad que yo veo es que hay demasiados intereses economicos de por medio. tanto para unos como para otros, y ninguno se va a preocupar del bienestar de la tierra a largo plazo.

pd. por cierto, menudo toston la peli 2012

Kikko dijo...

O sea, que hay tantos intereses creados que todo es una mera cuestión de fe.
Porque también se puede argumentar que los 'negacionistas' -disculpad la expresión- siguen las doctrinas interesadas de la industria tradicional -petroquímica, automoción, etc..-, por ejemplo.

Por otra parte, es constatable la cantidad de nuevas empresas están haciendo su agosto-septiembre-octubre, etc... con la cosa del cambio climático -energías alternativas, empresas de 'reciclaje'... -que no hacen mucho ya que el reciclaje lo tenemos que hacer nosotros, je-, etc.

Pues es una lástima.

Por cierto... ¿seguirá vivo M. Jackson? ¿llegó realmente el hombre a la luna? ¿quién mató a Kennedy?, ja, ja!

ismo dijo...

Dreg, creo que nadie puede dudar del impacto humano sobre el medio ambiente (ciudades, carreteras, embalses, cultivos genéticos,...). De hecho siempre me ha resultado paradójica la levedad de los esfuerzos por conservar, por ejemplo, algunos de nuestros enclaves naturales frente a las cantidades ingentes de dinero que se gastan en algo tan incierto como el calentamiento global.
Hace años, Ljomborg, padrino de los escépticos (y represaliado por ello en la universidad danesa, por cierto), ya apuntaba que sería mucho más interesante aprender a minimizar los efectos de las catástrofes que intentar revertir el hipotético cambio climático. La cosa es sencilla: si esperamos más riadas, por ejemplo, centrémonos en no urbanizar las ramblas, en lugar de intentar que no hayan riadas, que sería un esfuerzo inútil. De todo ello el medio ambiente saldría ganando.

En definitiva, nunca he leido a un escéptico que propugnase contaminar a diestro y siniestro, fomentar la erosión y degradar el medio natural de mil maneras. Demonizar al contrario, sea quien sea, se ha convertido en una moda muy rentable para los ecologistas.

Lo del cambio climático, Kikko, es de calendario completo, pues es una de las industrias más rentables del planeta, así que el argumento de señalar a los escépticos como servidores de la industria malvada contaminante pierde fuerza.

La cuestión no radica en cuidar el planeta. Todos queremos cuidar el planeta, pero algunos quieren convertir ese cuidado en su exclusivo patrimonio, y parecen creer además que es legítimo el uso de la mentira para convencer de la Verdad a todos los demás, nosotros, pobres ignorantes. Y no cuela, claro.

Bien elegido el asunto del cambio climático para forrarse. El clima es un gran desconocido. No sabemos qué hacer con un tornado, ni cómo disolver un tsunami, ni por qué llovió en julio en mi ciudad... Podemos decir todas las barbaridades que queramos y nadie podrá discutirlas fácilmente. Más o menos.

Y, por favor, dejémonos de "negacionismo". Se puede discrepar siendo más respetuoso, y se vive más sin tanta bilis.

Kikko dijo...

Antes que nada, las aclaraciones: empleé el término... ése, cuyo demagógico mal uso no comparto en absoluto por mera 'economía de lenguaje', porque todos sabíamos a qué me refiero al usarlo, y por ello me disculpé. No deja de ser una 'coña', un tanto reiterativa, reconozco. Cosas de las limitaciones expresivas del medio.

Por otra parte, no quisiera que pareciese que defiendo la postura de los dogmáticos de la campaña ésta que nos culpabiliza a todos de cualquier desastre natural, que como bien es sabido -y oportunamente se silencia-, se han producido de manera caótica -en el sentido matemático de impredecible- desde que el mundo es mundo. ¡Si los modelos matemáticos no pueden predecir con precisión el tiempo que hará dentro de tres días!!! -como afirmará cualquier meteorólogo medianamente serio!!-.

Otra cosa son las macrocifras estadísticas, y la evolución del clima con respecto al tiempo. Y aquí entra la política de altas esferas y los intereses creados, ya que los datos son los que son, pero la interpretación, como bien dices, puede ser cualquiera.

Nada hay que demuestre la relación causa-efecto de las variaciones climatológicas con la actividad humana -aunque haya coincidencias muy sospechosas, hay por ahí gráficas coincidentes entre variaciones climáticas y distintos hitos industriales humanos bastante preocupantes-.

Kikko dijo...

p.d.: Echadle un vistazo a ésto. Este documental como supongo conoceréis, pertenece a la mítica serie Cosmos, elaborada a principios de los años ochenta, antes pues de la 'fiebre del cambio climático'. El enfoque es estrictamente científico y nada dogmático.
Carl Sagan advertía sinceramente del daño tal vez irreversible que puede hacerse al planeta de seguir abusando de él. Muy interesante la comparación con la evolución pasada de nuestros planetas 'hermanos' Venus y Marte.

http://video.google.es/videoplay?docid=-6079126603606341082&ei=AKFgS9bxH8zU-Qa-q-TQCA&q#

ismo dijo...

Gracias, pero no hace falta que te disculpes. Pensaba todavía en Gabilondo (mi bilis). Sólo quería insistir en que los escépticos no me parecen negacionistas. Escéptico me parece un término más apropiado y exacto. Nunca he oído a un escéptico negar la posibilidad de un calentamiento, pero sí mostrar sus dudas. En este tipo de discusiones estoy perdido; el aspecto científico se me escapa, y tengo que deducir de la manera de conducirse unos y otros quién me parece más sincero.
Los "ecologistas", a mi modo de ver, van a empezar a tener serios problemas de credibilidad.

XuanRata dijo...

No creo que el calentamiento global pueda ponerse en duda (no me parece que, por ejemplo, los glaciares se estén derritiendo de gusto). Lo que no puede determinarse con exactitud es su alcance ni, por supuesto, sus causas. Pero lo que está claro es que la destruccción de nuestro habitat tal y como lo conocemos (que no de nuestro planeta) es algo que se está produciendo aquí y ahora, con calentamiento o sin él, y esto me recuerda a la fábula aquella de los galgos y los podencos.

ismo dijo...

En realidad, hasta donde yo llego, creo que hay otra teoría bastante sólida que dice que la tendencia global general es hacia el enfriamiento, y que los periodos calurosos son simples momentos de transición dentro de esa tendencia a la glaciación. Lo único que sabemos realmente del clima es que cambia, y parece que todos están de acuerdo en que estamos en un momento de especial agitación del clima, pero no sabemos si se enfría, si se calienta, si lo hace globalmente o cuáles son sus causas o efectos. Respecto a los hielos, hay quien mantiene que crece en unos lugares y que aumenta en otros... El movimiento ecologista se hartó de alertarnos sobre los peligros de la capa de ozono, y ahora parece que ese peligro ha dejado de existir, o no era tan amenazante como se nos hizo creer.

Si imaginamos esas dos teorías contrapuestas, parece razonable pensar que la respuesta que deberemos dar a ellas también sería distinta. Nos preocupa mucho, por ejemplo, que el calentamiento deshiele el ártico y que eso, presuntamente, haga subir el nivel del mar, pero nadie piensa en que el problema mucho más grave que podríamos tener es morirnos de frío, y que no estamos pensando soluciones para ello.

Es notable que los seres humanos destruímos nuestro habitat, y es de sentido común pensar que debemos preservarlo, pero la conservación de nuestro campo no pasa exclusivamente por la lucha contra el cambio climático, y no es necesario enfocar todas las soluciones desde ese punto de vista porque estaríamos dejando sin resolver otros porblemas.

A veces se presenta la lucha contra el cambio climático como un símbolo de la lucha por la conservación del medio ambiente. Es una nueva forma de vender el medio ambiente; antes veíamos a Rodríguez de la Fuente y ahora mantenemos ese interés por nuestro medio merced a las catastrofistas informaciones sobre el cambio climático. A mí me mosquea que la defensa del medio ambiente se fie más a la publicidad que al sentido común y a la correcta aplicación de los recursos que disponemos para proteger el medio que, como los recursos naturales, no son ilimitados.