14.11.09

ENCINA EN TUS

Los árboles le dan movimiento a la historia. Guardan en un nudo la nevada de otro siglo, en otro las correrías de un bandolero románticamente atrapado por la causa de la Independencia... Reconocemos la llegada al valle del primer motor de explosión, cosechas buenas y malas, amoríos que se retuercen, navíos de tres palos maniobrando en los surcos de la corteza. Dichas y sinsabores quedaron dibujados en la torsión de la madera, en la retorcida orografía de sus ramas, creciendo con el impulso de la savia en las venas de fusta, como serpientes a cámara lenta.

Así ha crecido este dibujo, que dibuja una historia de canciones, de aromas de café, de viajes en tren, de juegos infantiles... Una encina.

Encina
Tinta, 23x27 cm.
Ismo, 2009

6 comentarios:

XuanRata dijo...

No me gusta hablar de superioridad entre diferentes forma de arte o de expresión, pero he de reconocer que ese "ir haciéndose" que permite el dibujo o la pintura, les da una dimensión adicional que nunca tendrá la fotografía, atada al pasado desde el instante en que nace, arte fantasma.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Son preciosas las encinas, por aquí mi tierra hay muchas y en verano es una delicia sentarse a su sombra.
Tu dibujo no está por debajo, sino a la par de las aunténticas.
Besos.

malatesta dijo...

Leyéndote me parece escuchar a Bárbol, pastor de árboles.
Rara es la persona que no ama a los árboles. Yo tengo una teoría: todavía está en nuestros genes el recuerdo de cuando éramos unos primates peludos y los árboles eran nuestro hogar; nuestra salvación frente al dientes de sable y otros bichos por el estilo.

ismo dijo...

Bueno, Xuanrata, como me dijiste alguna vez, ese "ir haciéndose" empieza incluso antes de manchar el papel, y seguro que alguna de tus fotos también se hace antes de coger la cámara. En uno y otro caso, tras la obra final quedan ocultas las dudas, los impulsos y las crisis. Y cada foto es una pulsación del disparador, y los miles de pulsaciones que hiciste antes.

Nani, bajo ésta descansé un rato. Muchas gracias.

Malatesta, hoy mismo pensaba en lo arbóreos que se ponen los ents cuando envejecen mientras acababa el dibujo. Creo que siempre tengo presente el campo de Tolkien cuando pienso en el mío. Y no sé si amamos lo suficiente a los árboles, pero deberíamos.

Haideé Iglesias dijo...

Lo que a mi siempre me ha fascinado de los árboles, aparte de lo que mencionas, es su configuración, que nosotros podemos percibir como humana, sin darnos cuenta que somos nosotros los árboles...
Si nos fijamos bien en nuestras arrugas, eso es lo que son, el paso por la vida...

Me entusiasma ver cada punto, cada gota, cada resquicio...
Un abrazo

ismo dijo...

Podemos ser árboles, montañas, ríos. Algunos incluso consiguen ser teléfonos móviles, y es cuando están muertos cuando más ruido hacen.

Yo arraigo con frecuencia. Ya sabrás por el blog...