Entre los charcos que dejó la marea, el sol recupera su forma y se reencarna. Es el sol de las profundidades. El sol de los ahogados. Y de los anegados en nostalgias otoñales.
(Está bien, tú ganas, Malatesta, pero te espero en la próxima)
No te quejarás, Malatesta ;) Y no resisto la tentación de continuar esta jam poética.
Anegado en nostalgias otoñales espero agazapado el paso del invierno, del tiempo entero. Descanso; me retiro bajo la hojarasca del mar. Que otro os alumbre.
Efectivamente Ismo, los dorados y rojizos de hayas y robles, esa hojarasca difuminada en cada rayo en cada gota... No hay bosque como el que brota de uno mismo, porque no hay ningún otro, al fin y al cabo todos somos bosque, y agua, y sol, y belleza y otoño, y sobre todo, somos el Todo. Así pues, ¿para que competir? :) Ya me he zambullido en cada una de esas imágenes, que es lo mejor que se puede hacer para vivir, sentir...
7 comentarios:
Me quedo con la última. Ese sol en llamas, atrapado en los charcos que dejó la marea.
¡Anda, XuanRata, supérame esta vez! Ja, ja, ja.
Entre los charcos que dejó la marea, el sol recupera su forma y se reencarna. Es el sol de las profundidades. El sol de los ahogados. Y de los anegados en nostalgias otoñales.
(Está bien, tú ganas, Malatesta, pero te espero en la próxima)
No te quejarás, Malatesta ;) Y no resisto la tentación de continuar esta jam poética.
Anegado en nostalgias otoñales espero agazapado el paso del invierno, del tiempo entero. Descanso; me retiro bajo la hojarasca del mar. Que otro os alumbre.
Pd.- ¿No es mediterráneamente trágico?
Precioso todo, fotos y como lo escrito, ¡muy bonito de veras!!!
Saludos.
Oye, esto mola.
Que otro os alumbre. Que otro os dé el calor que yo no pude o no supe dar. El otoño se anuncia en tu pelo, pero para mí ya llegó el invierno.
Mira no, esto no se me da bien. Como dice la palabra de verificación, "disesto". :)
Algún día tendremos que hablar sobre los significados ocultos de las palabras de verificación... ;)
Efectivamente Ismo, los dorados y rojizos de hayas y robles, esa hojarasca difuminada en cada rayo en cada gota... No hay bosque como el que brota de uno mismo, porque no hay ningún otro, al fin y al cabo todos somos bosque, y agua, y sol, y belleza y otoño, y sobre todo, somos el Todo.
Así pues, ¿para que competir? :)
Ya me he zambullido en cada una de esas imágenes, que es lo mejor que se puede hacer para vivir, sentir...
Un abrazo
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