14.7.09

LAS MARMOTAS DEL BILLAR


El tapete y el prado tienen vidas paralelas. A las horas de sol, la fauna se refresca en sus guaridas; las marmotas sueñan con hierba fresca y las bolas de billar planean retruques imposibles con los que despistar al cazador. Suena un silbido cuando cae desde el cielo la sombra del águila, las marmotas desaparecen en sus aposentos, las bolas se esconden en las troneras.


5 comentarios:

LA CASA ENCENDIDA dijo...

¡que imaginación!!!
Saludillos.

virgi dijo...

Ese paralelismo de mesa y ventana te ha quedado muy sugerente, también algo misterioso, como a la espera de algo desconocido.
¿o será el águila que se nos acerca?
Un abrazo

ismo dijo...

El águila sería mi mujer, que me destrozó colando la negra con un tiro largo a banda para ganar la partida ;)

XuanRata dijo...

Fíjate bien, ¿no ves la marmota a punto de asomar por la tronera?

Y gran foto, Ismo. Ese verde baldío de la mesa resulta inquietante, pero ¿cómo interrumpir una partida de billar para una simple fotografía?

ismo dijo...

Gracias, Xuanrata. Aprendo mucho de tus fotos. Además de admirador, me considero un discípulo tuyo. On-line pero discípulo.

En cuanto a la partida, confieso que se jugó en otra mesa (pequeña licencia poética) y reitero que mi chica me ganó con un jugadón. Comencé con cierta condescendencia machista, a medio gas, recuperé en uno de mis momentos de inspiración clavando cuatro seguidas en plan "Gordo de Minesota". Sólo quedaba la negra y, contra mi costumbre, jugué prudente llevándola a mi tronera e intentando tapar el juego de mi contrario, pero mi mujer también es de arranques de inspiración, y con un tiro largo, mando la negra a la banda y, de allí, directa a la tronera. Perder no mola, pero perder haciendo el cerrojazo y que te la claven sin misericordia es para romper el taco en tu entrepierna. Merecido lo tengo.