29.6.09

LAS VIDAS LARGAS



El despacho del cirujano era una ventana abierta a la memoria. Una vieja mesa de roble colmaba el centro de su área y, a su alrededor, en pequeñas estanterías de metracilato, descansaba un selecto muestrario de antiguo instrumental médico sobre cuya metálica esterilidad podía leerse su truculento pasado. Quemadores de alcohol, jeringuillas de cristalina precisión, un forceps repulido, sierra de amputar…

Cuando el pensamiento de Jon intentaba esquivar las vitrinas entró el Doctor:

- Bien, bien, bien…- teatralizó el galeno mientras le ofrecía con un gesto el sillón del confidente y ocupaba su lugar al otro lado de esos doscientos kilos de roble centenario. Bien –repitió-. Hemos encontrado una pequeña disfunción en su corazón artificial. Nada serio. Pero tendremos que cambiar algunas piezas, ya sabe, si queremos tenerle a usted con nosotros algunos años más. Es una operación sencilla: no nos llevará más de cuarenta minutos. La enfermera le dará cita.

- Oh…

El médico captó su expresión dubitativa.

-¿Qué le ocurre? No me irá a decir que la operación le impresiona. Tiene usted ciento treinta y dos años y el historial clínico de un veterano. Su respuesta a las dos últimas intervenciones fue magnífica. No tiene que tener usted ningún temor.

- Creo que nunca me acostumbraré a ser un veterano. Todo esto empieza a cansarme.

- ¿Cansado? ¿Esta cansado de ser una persona saludable? –espetó el doctor.

- Creo que sí.

- ¡Vamos, hombre! ¿Cómo se puede estar cansado de tener buena salud?

- En realidad no me cansa tener buena salud, pero me cansa pensar en tenerla.

- Y entonces ¿Por qué piensa esas tonterías? Discúlpeme, pero reconocerá que parece una solemne tontería preocuparse por la salud. Usted sólo tiene que preocuparse de vivir, y de pasar las revisiones; la medicina hace el resto.

- Tengo un corazón artificial, un riñón artificial, implantes musculares… Desde hace cincuenta años no he tenido una caries, pero mis dientes son de porcelana.

- Claro ¿No lo ve usted? La medicina avanza a una velocidad de vértigo. Su abuelo todavía usaba una de esas dentaduras postizas del siglo pasado, la reconstrucción de su boca es un paso adelante en la salud dental, y sus nietos, gracias a los nuevos avances, crecerán con dentaduras perfectamente sanas libres de caries ¿Qué objeción puede usted ponerle a encontrarse mejor?

- Mis niestos jamás tendrán una caries porque la medicina ha conseguido corregir su aparición, pero yo las tuve. Tenía muelas reales con caries reales; y ahora tengo treinta y dos piezas de porcelanas. Soy de pega. Más de la mitad de mi anatomía es artificial, y no me está resultando fácil vivir con eso, ni con las revisiones, ni con la medicación…

- ¿Está harto de todo, harto de la vida que lleva? ¿Le hastían tanto los tratamientos que preferiría simple y llanamente morirse? Sabe que puede hacerlo. Hay clínicas especializadas en tránsitos.

- No quiero morir; quiero que la naturaleza siga su curso.

- A su edad, la naturaleza sólo tiene un curso cierto.

- ¿Usted cree? También es sólo un curso cierto lo que la ciencia me ofrece, y sometido a programa, automatizado. Creo que anhelo algo de incertidumbre.

El doctor se afianzó contra el respaldo de su asiento como expresión plástica de su comprensión acorralada.

- Le voy a dar cita con el psicólogo – dijo.


8 comentarios:

virgi dijo...

¡Menos mal que no llegaremos a ese futuro de cartón piedra! Muy bueno el relato

Kikko dijo...

Inquietante cuestión.
No sé muy bien dónde posicionarme. Todo depende de una cuestión: ¿hasta qué punto el espíritu de una persona es independiente de su cuerpo?
Porque si lo fuera completamente no tendría ningún reparo moral en admitir un futuro como el del relato. Incluso ¿por qué conformarse con un cuerpo mortal? ¿por qué no se implantar todos mis pensamientos y recuerdos en un autómata más perfecto que el propio cuerpo ya caduco?
Pero, ay!, me temo que los orfistas no estaban en lo cierto, y somos un todo, alma y cuerpo, y en la medida en que modificamos éste, también estamos actuando sobre aquélla.
O eso espero, en caso contrario alguno sería capaz de meter su alma en un ordenador para clonarse en el futuro.

ismo dijo...

No me lo había planteado así, pero no está de más. CReo que el tipo de mi cuento podría tener un alma y un cuerpo, pero ese alma podría habitar un medio cálido y familiar o un medio artificial, hostil en cierto modo. El desasosiego que puede sentir el personaje es el mismo que siente King Kong en Nueva York.

malatesta dijo...

Ya lo dijeron los de Queen: Who wants to live foreveeeeeeeer?

Hay otra cuestión de índole práctica detrás del alargamiento "artificial" de la vida. Y es la de la insostenibilidad del ecosistema si además de reproducirnos nos empecinamos en no espicharla. Ya con la reproducción estamos más allá de lo que el planeta soporta, así que si encima vivimos el doble, no digo más.
Aunque pensándolo bien, probablemente sólo unos pocos podrían costearse tanta biotecnología. No hay peligro :P

ismo dijo...

Ya vivimos el doble. El progreso científico nos ha llevado hasta ahí (y no sólo alimentarnos mejor). Hay gente cuyo corazón está asistido por una descarga eléctrica, gente cuyo esqueleto no se aguantaría en pie sin unos tornillos estratégicamente colocados,... No creo que estemos demasiado lejos de algo como lo que describo exageradamente, aunque también podría pasar que el sistema tal como está quebrase y tomase una dirección totalmente distinta (que no alcanzo a adivinar).
En cuanto a los males de la superpoblación, supongo que se disolverán a tiros, como ha ido pasando a lo largo de la historia y como sigue sucediendo. Las limpiezas étnicas en Africa siguen siendo algo bastante habitual. Siempre hay alguien que paga el pato, claro está.

dregenwar dijo...

"El descenso de Xanadú", jajaj

como mola la inmortalidad, pero en plan Lestat "el Vampiro", no siendo carne de quirofano

en serio, y si en lugar de reemplazar nuestros organos por minimaquinas de precision, fueramos capaces de regenerarlos y hacerlos inmunes? no estamos tan lejos de eso

malatesta dijo...

Los más agoreros ya dicen que una crisis como la que atravesamos solo se resuelve con otra guerra mundial. Su parte de razón llevan, porque lo que sacó a los EEUU del crack del 29 fue la 2ªGM. ¡Alegría!

ismo dijo...

Dreg, precismaente lei hace poco que científicos yanquis han realizado algunos avances en la investigación del poder regenerador de las salamandras. Esperan llegar a ser capaces de regenerar miembros humanos, naturalmente. Y lo financia mayoritariamente el ejército.

Malatesta, mi única duda es si será mundial (en ese caso esperemos ser lo bastante "suizos" para entonces) o será una sucesión de guerras locales como las que ya tenemos.