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El nombre elegido para ella tenía el mismo olor, el mismo sabor y la misma música que el de su madre. Su mamá es Mar, y del mar nace Coral.
Hoy bautizaban a Coral en
Así divagando en busca de alguna distracción que aligerase el peso de la ceremonia, que es lo mejor que uno puede hacer para vivir la tradición sin acabar odiándola, he comenzado a mirar al techo, que no veía hace tiempo y que recordaba tan solemnemente aburrido como cualquier edificio herreriano, para descubrir allí, contra todo pronóstico, lo que era un milagro: la visión palpable de un Dios. Mientras bautizaban a Coral, la cúpula de la iglesia se ha convertido en el fondo del Mar.
4 comentarios:
Tienes una Coral-bebé???Enhorabuenaaaaaaaa
Esos contrastes de luz del dibujo me han gustado mucho, además no esperaba que dibujaras algo así.
Muy bien.
Besos
Ups, no, perdón. Yo ya tengo cubierto el cupo ;) Coral es una sobrina.
Y no es un dibujo, es una foto.
El hastío hizo que cavaras tu propia sima y al mirar hacia arriba vislumbraste la superficie del océano filtrando la luz de tu meditarráneo. No sé si tu experiencia se puede calificar de religiosa, pero sí de sobrenatural.
Fantástica toma. Me recuerda tanto a una que hice hace demasiado tiempo en el Panteón de Roma...
Gracias, Xuan. Quedé muy satisfecho. Tú tendrás mucha culpa de que mis fotos mejoren porque las tuyas, además de un goce para los sentidos, son toda una lección.
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