25.10.08

EL DISCRETO CONTRABANDO DEL CAPITÁN PIERCE

Primeros bocetos y dibujo a lápiz para la ilustración de “El discreto contrabando del Capitán Pierce” (The unobtrusive traffic of Captain Pierce), cuento de G.K. Chesterton, de su libro “Cuentos del Arco Largo”.

Los dibujos preparatorios me han servido para ir planeando la composición y estudiar el diseño del globo porcino. Son un calentamiento, más que otra cosa, pues se puede ver que la idea original no es demasiado distinta de la ejecución final en ninguno de los dos casos.

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Sin mucho tardar comienzo el dibujo sobre su soporte definitivo, la cartulina amarilla. Aparecen primero el globo, el cerdo en paracaídas y las figuras del primer plano (el Coronel Crane y Owen Hood). En segundo término voy completando el fondo, los prados y la granja Hardy, y el ramaje de primer plano, éste a modo de marco para la escena y fiel al relato original, ya que Crane y Hood descubren el globo tras un paseo por el bosque.

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El cielo queda vacío a propósito, preparado para el tratamiento de color digital. Tal como tengo pensado para toda esta serie, el dibujo tendrá dos acabados a tinta: uno provisional que servirá de plantilla para aplicar el color y otro que vendrá después en el que, probablemente, el cielo se poblará de nubes en blanco y negro.

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10 comentarios:

Anónimo dijo...

A Chesterton sí lo conozco, claro.
Me encanta venir aquí, es otro mundo. Hace mucho tiempo que me alejé del padre Brown, en general, de la literatura inglesa. Hora de recuperarlo,¿no?
Gracias.

ismo dijo...

Me encanta que te parezca otro mundo. Y cualquier momento es bueno para recuperar a Chesterton y, mejor aún, toda la literatura inglesa, o británica. Yo la recupero constantemente, que no es mucho. "Los cuentos del arco largo" serían de lo más adecuado para cualquier recuperación; Chesterton confesaba que es una de las colecciones de cuentos con cuya escritura más se había divertido y yo confieso que su lectura me produce el mismo efecto.

XuanRata dijo...

Da la impresión de que tienes los dibujos completos en la cabeza antes de empezar a dibujar. Algo así como el director de cine que ya ha visto su película antes de rodarla o el compositor que escuchado su sinfonía antes de trasladarla a la partitura. ¿Me equivoco?

ismo dijo...

Creo que aciertas, Xuanrata, aunque depende, o depende de las ocasiones.
Teóricamente siempre he pensado que se dibuja con la cabeza y, en ese sentido, creo que mi forma de hacerlo responde a esa máxima: veo los dibujos antes de pasarlos al papel.
Al menos veo lo que se podría llamar su estructura básica aunque también sucede a menudo que mi imaginación desborda mi técnica y soy incapaz de dibujar lo que imagino, lo que me lleva a buscar otra manera de hacerlo.
Como soy bastante anárquico, pese a lo que cabría deducir de mi pulcro estilo, hay también dibujos que escapan a esa regla y se construyen sobre sí mismos, sin que tenga una idea muy clara al principio de cómo van a ser.
Así que no sé si estoy respondiendo a tu pregunta o preguntándomelo a mí mismo.

Anónimo dijo...

Ay, qué risa. Como dijiste que todo el mundo puede dibujar. Me he puesto a trazar en un blog un globo. Pa descojonarse, la verdad.
Yo no veo ningún dibujo antes de pasarlo al papel. Y después ...tampoco. jajaj. Pero vale, lo seguiré intentando.
Bs

ismo dijo...

Jeje... Cualquiera que se lo proponga, le dedique algo de esfuerzo y tenga la suficiente paciencia como para no desesperarse con los primeros resultados. Y, sobre todo, cualquiera que se divierta intentándolo.

Paco dijo...

pues muy bien, ahora a esperar el resultado final...

Alberto dijo...

Una pregunta ¿Sabes de donde viene esa obsesión por los britanicos por los cerdos voladores? ¿Chesterton, Pink Floyd, Toshack? Me llama mucho la atención.

Aqui tenemos el tocino de cielo pero creo que no es lo mismo

Anónimo dijo...

¿Cómo que no es lo mismo? El tocino de cielo es exactamente un pedacito de cerdo volador.
El la cultura germana, el cerdo es el símbolo de la buena suerte, lo pintan con un trébol en la boca, te regalan mazapanes con forma de cerdo, etc.
Mucho cerdo! :)

ismo dijo...

Gracias, Paco.

Alberto, ni idea, te hubiese dicho que la obsesión les viene del gusto por el bacon y los desayunos estilo hobbit, pero Mita arroja nueva luz sobre el asunto.

Un psicoanalista amigo mío me dice que el afán de los británicos por hacer volar a los cerdos es sólo una reacción subconsciente a su incapacidad para convertirlos en jamón ibérico. No sé qué tendrá de cierto ;)