27.9.08

AL SERVICIO DEL CIUDADANO

Los gobernantes de medio mundo se devanan los sesos para encontrar soluciones a la crisis. Anuncian recortes presupuestarios por aquí y por allá, ayudas, soluciones de emergencia… A ninguno, que yo sepa, se le ha ocurrido, sin embargo, algo tan simple como bajarse el sueldo.

La semana pasada apareció en un programa de debate un alcalde de un pueblo costero cuyo mérito más palpable, alabado por el propio presentador del programa (San José), había sido bajarse el sueldo. Su predecesor en el cargo se había asignado un sueldo anual de 130.000 euros; llamado al orden por su partido tras la difusión periodística de sus emolumentos, el alcalde dimitió, reacio a rebajar ni un solo céntimo un sueldo que consideraba justo. Así, su sucesor, el entrevistado, había decidido rebajárselo como primera medida al frente de la Alcaldía: en lugar de los 130.000, fijó su retribución anual en 90.000 del ala.

Si echamos mano del cálculo, esos 90.000 euros que cobra el nuevo edil suponen 12 pagas de 7.500 euros, o 14 pagas de 6.500 euros. El salario medio español anda alrededor de 1.500 euros mensuales según las estadísticas.

La teoría clásica política decía que el gobernante es un trabajador al servicio de la ciudadanía; la práctica moderna parece sugerir que somos los ciudadanos quienes estamos al servicio de los gobernantes.

2 comentarios:

gloria lizano lópez dijo...

Muy buena idea, que deberían seguir los demás.

ismo dijo...

Puesto a reinvindicar, aclaro que lo que yo espero es que ningún político cobre más del sueldo medio, o sea 1500 al mes. Incluyo a ministros, diputados, senadores, etc., y contando que ellos, además del sueldo, tienen cubierto el transporte en coche oficial, el precio de los desplazamientos, las dietas y demás.
Me parecería muy bien que se aumentase el control sobre las cuentas bancarias y el patrimonio de los políticos y que prohibiese los enriquecimientos hasta para unos años después de haber abandonado el cargo.
Sé que soy un iluso pero qué le voy a hacer... Puestos a soñar con utopías, con un mundo bueno, pacífico, igualitario, ecológico y todo lo demás, mi utopía empieza por conseguir que los políticos adapten su riqueza a la de la ciudadanía o, cuando menos, que la ciudadanía no vea como algo normal y justificado que los políticos vivan a cuerpo de rey.
A lo mejor algún día hasta vivimos en una democracia de verdad. Juá.