14.8.08

LA BICHA

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Hoy hablaba con un chico que tiene en su casa una serpiente pitón pequeñita, de un metro de largo o así, y he recordado una historia que escuché, quizás en un programa radiofónico de consejos para el cuidado de mascotas. Una pareja de ancianos tenía en su casa una de esas serpientes, propiedad de un hijo ausente; los abuelitos estaban encantados con la enorme bicha pero, en las últimas semanas, habían observado en ella una conducta extraña: cuando se iban a la cama por la noche, la pitón se colaba en su cama, entre los dos, y se estiraba en el colchón cuan larga era. Los pobres abuelos pensaban que aquella era una conducta similar a la de un perro excesivamente mimado y se preguntaban qué podían hacer para corregirla... La bicha, sin embargo, no estaba buscando el calor humano, o al menos no en la forma en que lo buscaría un perrillo muy faldero. Lo que estaba haciendo la bicha, al parecer, era tomarles medidas a los ancianos, dispuesta a merendárselos cuando fuese lo bastante grande para poder tragárselos.
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Naturalmente le he contado la anécdota, con todas las reservas porque no sé hasta qué punto es cierta pero con la esperanza (el tipo me cae bien) de que la bicha no le encuentre desprevenido si algún día empieza a tomarle medidas.
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9 comentarios:

LA CASA ENCENDIDA dijo...

¡Madre mía que yuyu! No me gustaría por nada tener un bichito de esos en casa y más si se decican a tomarle a una la medida, jejejeje,
Muchas grcias por tu acogida.
Saluditos desde el sur

ismo dijo...

Gracias a ti.

Puedo asegurar que la historia me sigue poniendo la piel de gallina cada vez que la recuerdo.

zwingenstein dijo...

Es una leyenda urbana bastante antigua, de la serie de la maceta traida de un viaje exótico que se mueve, y eso es debido a que hay un nido de arñas venosisimas, y de la misma serie de los turistas que compran un perrito monisimo que resulta ser una rata.
La moraleja de estas leyendas modernas es "no importar especies exóticas".
Me gustan más las leyendas rurales de bichas como la de la que va a mamar a la madre mientras al hijo que dueme al lado le mete la cola en la boca, el niño enflaquece cada vez más y le salen cosas raras en la boca, hasta que alguien ve a la astuta bicha por la noche. Esa leyenda, a todas luces imposible me la han contado docenas de veces jurando que ha sido a un familiar cercano.

Otra clásica es la de la bota envenada por un diente de vibora que va matando a todos los que la van heredando,

y muchisimas más, he estado buscando un libro de leyendas urbanas que no me acuerdo ni del autor ni de como se llama, donde venían muchas más, pero no lo encuentro, algún día ordenaré la casa.

ismo dijo...

Jajaja, me tragué el anzuelo!

La de las arañas también la había oído y también me la tragué. Me la contó una señora que regentaba una tienda de flores... dejándome creer que le había pasado a una clienta, algo también muy cercano. La planta residencia era un tronco de Brasil.

La de la serpiente nodriza asesina también la conocía pero pensaba que no era cierta.

La de la bota no la conocía y no me la hubiese creido, pero es una gran historia.

Yo no ordenaría demasiado, creo que deja más espacio a la sorpresa.

XuanRata dijo...

Pues vaya con la bicha, todo un enterrador tomando las medidas para fabricar el ataud.

Marta dijo...

huy, paso de tener animales de esos en casa...lo más raro que tengo es una tortuga que adopté hace 7 años y cada vez que la veo ponerse más y más grande y la incertidumbre que me produce el no saber donde ubicarla y si estará sufriendo en su casa artificial o no, me hace arrepentirme de haberla llevado un día a casa.

Estos animales no deberían ser sacados de su hábitat ni vendidos como se vende una caja de bombones.

Por otro lado, hace poco me contaron una truculenta historia sobre unas ratas que se colaban en casa de un vecino de la narradora y mordían a su familia cuando dormían. Lo curioso de la historia es que los agredidos se daban cuenta de las mordeduras por la mañana porque resulta que las ratas al morder anestesian...¿¿¿Mande??? Claro que está contadora de historias para no dormir es la misma que me afirmaba un día que las morenas pican y tienen veneno...y por más que yo le argumentara que no era cierto, tuve que dejarla por imposible si no quería ver el tenedor con el que sostenía un trozo de cazón pinchado en mi cabeza....Así que si ella lo dice...las ratas anestesian antes de morder. Me pregunto si utilizarán éter, la epidural....

dregenwar dijo...

jajaj, menuda escena... los abuelos pensando en dar mimos a la culebra y la otra pensando en zamparselos

salud

ismo dijo...

Cáspita! No me imagino a una rata venenosa... aunque el mundo de la fauna guarda tantas sorpesas ;)

Las morenas me dan tirria... miedo, abiertamente. Y eso que le he dado de comer a alguna y su comportamiento es muy tímido pero tienen un careto que tira para atrás. En general, me cuesta sentirme a gusto en el ambiente submarino, tan torpe entre tanta hidrodinámica.

Tampoco me gusta nada eso de sacar a los animales de su ambiente (aunque supongo que algunos de esos bichos ya se crían aquí, no sé). Yo siempre he sido de perro, y siempre que le pudiese proporcionar una vida agradable, con salidas al campo (hay que ver lo que disfrutan, y tú con ellos).

Marta dijo...

Hola Bicho,

Viendo tu prolífica tarea de bloguero estos últimos días, vengo a darte más trabajo para que no te relajes ni un momento, así que te he dejado cosas que hacer en mi blog. :)