3.7.08

BOB LIVE (II)

En este enlace se puede consultar el set list del concierto de Alicante y de todos los de la gira, así como la composición de la banda (Creo, Alekx, que ya hemos dado con la fuente del periodista de la entrada anterior)

El evento

El comienzo del concierto estaba programado a las 21.30 y, cosa extraña, fue puntual. Tras una aparición de artista invitado más breve de lo previsto (afortunadamente), un fundido a negro y allí aparecieron, entre las tinieblas, las siluetas de varios tipos con sombreros entre los que ya se vislumbraba el blanco de Dylan, ataviado para la ocasión con revival de uniforme de la Unión: pantalón azul con tirilla en el camal, chaqueta azul con botones dorados, pañuelo amarillo al cuello e impecable sombrero de ala ancha… Custer en la palestra; nuestro pequeño Little Big Horn estaba servido.

“Maggie’s farm” fue la primera, y un adelanto de lo que ibamos a oír: ni más ni menos que un breve recorrido por su inacabable discografía como si toda ella se hubiese grabado tan recientemente como el “Modern times”, las canciones de siempre con el toque de ahora. “Maggie’s” me resultó irreconocible hasta que comenzó a cantar, y lo mismo sucedió con la siguiente “It ain’t me, babe”, y con la tercera, y con la cuarta (una maravillosa versión de “Positively 4th street”)… Era completamente alucinante lo que es capaz de hacer con una canción.

La lista de canciones recorrió gran parte de su carrera, como se puede ver en el enlace ofrecido arriba. Sin altibajos, con un hacer y un oficio apabullantes, Bob y su banda fueron regalándonos pedacitos de ayer y hoy. Las más actuales, como “Spirit…”, “Thunder…” sonaban evidentemente más reconocibles, más parecidas a las versiones originales que conocemos; así, escucharlas era un gozada, pero no resultaban tan sorprendentes como los viejos temas transformados por el tiempo, paseados por el siglo XXI.

Disfruté lo indecible con la cuarta, “Positively 4th street”, quizá porque hasta entonces el tipo de la mesa no consiguió una acústica adecuada, ya que el bajo y la batera formaban una albóndiga tremenda con la voz de Dylan en los primeros temas. La intensidad del sonido era apabullante, y lo siguió siendo cuando pudimos apreciar mejor los detalles. La voz de Bob, por cierto, en plena forma, a su estilo actual, sabiamente envejecido.

Con Charlie Patton en medio (“High Water”) y “Rollin’ and tumblin’”, y una sala que empezaba a parecerse a una rugiente locomotora de trotamundos, llegó “Spirit on the water”, muy bien recibida.

Dentro de la tónica general de rugiente blues, la que hacía la docena me puso los pelos de punta: "Highway 61". Y como decía: era Highway o era otra canción que, sin embargo, era Highway. Algo maravilloso; en argot, una versión cojonuda.

Acabó el concierto y acudí a desalojar algo de cerveza (que, por cierto, se había acabado ya en “Workingman blues”, lo que me lleva a preguntarme por qué la cerveza mengua tan rápidamente en todos los eventos a los que asisto) cuando los primeros acordes del primer bis me arrancaron literalmente del urinario. "Thunder on the mountain", contundente.

Pensábamos que todo había acabado. Y entonces sonó: "Like a rolling stone", la mejor despedida para ese bluesman itinerante que sigue dando lo mejor y en todos lados. Como dijo alguien: no importa dónde vivas, Dylan aparecerá por allí tarde o temprano.

Más:

- El escenario era muy austero. En una pantalla gigante aparecían algunos efectos cromáticos muy de cuando en cuando. Los cambios de iluminación eran suaves, sin colorines, con una dominante amarillenta o azulada según el caso. La banda llevaba un atuendo que me pareció muy cincuentero y muy del Sur, unos trajes gris perla que le hubiesen sentado de maravilla a Stevie Ray Vaughan e instrumentos de estética también cincuentena. Muy elegantes. Muy cuidado, diría, con aspecto de equipo.

- No faltó, in situ, la polémica sobre la antipatía de Bob hacia el público, algo que no comprendo. Es cierto que estuvo permanentemente en el centro del escenario pero orientado hacia uno de los lados, frente al teclado, sin dirigir una sola mirada al respetable (ni media mirada). Supongo que algunos esperan otra cosa, otra diversión; a mí me gustó esa presentación en la que Bob y su banda parecían estar exclusivamente a lo que había que estar, o sea, a conquistarnos con su música. Por otra parte, si alguien esperaba otra cosa, estaba muy mal informado.

- La cerveza, como quedó dicho, se acabó muy pronto, lo que es una injustificable falta de previsión.

- El sonido, como también apunté, fue verdaderamente malo al principio del concierto. Al de la mesa le costó más de lo prudente arreglar aquello o bien el equipo no estaba a la altura. Es verdad que la cosa mejoró a partir de la tercera o cuarta canción pero creo que un concierto así se merecía un equipo mejor, un técnico mejor o una sala con mejor acústica.

Dylan lleva otro ritmo. Toca temprano, se exprime y se retira a descansar, aislado en todo momento de las miradas, a su camión. Los años no pasan en balde y creo que hace un buen esfuerzo cuando se tira de nuevo a la carretera y que lo dosifica muy bien. Le estaré eternamente agradecido por cuidarse para poder seguir dando lo mejor encima de escenarios de todo el mundo. Es uno de los cinco o diez tipos más relevantes de la historia del rock, y es un honor para los que no vivimos en una gran capital que un tipo como él se acuerde de nosotros, como seguramente sabrán próximamente en Lorca, en Jaén,…

4 comentarios:

Kamenah dijo...

Me alegro mucho de que hayas salido tan contento con el concierto porque tengo amigos que, precisamente por las versiones raras que hace de sus canciones, no disfrutaron apenas del concierto que dio aquí en Alcalá hace unos años.

Besos!

áLEks! dijo...

Oye, y con lo bien que escribes como es que no publicas en Musicss como artista invitado???
;-)

pd. Me han entrado unas ganas tremendas de volver a ver a Dylan en directo.

ismo dijo...

Nunca llueve a gusto de todos aunque a mí me hubiese dado igual si hubiese hecho versiones antiguas... pero el puntillo que lleva en Love&theft, Modern Times... me gusta mucho. Me encanta su voz de ahora, además.

Hace tiempo, en una entrevista, Dylan decía algo así como que lo que le preocupa es hacer canciones con una buena "estructura" que luego se pudiesen tocar de maneras diferentes. Oyendo el concierto creo que comprendí bastante bien a qué se refería.

áleks, ya os he dicho alguna vez que todos los artículos de música que escriba están a vuestra disposición. No puedo comprometerme más; bastante mal me sabe que he dejado a dreg a medias en Esparaelmetal, así que prefiero no liarme más.

ismo dijo...

En todo caso, áleks, tampoco estaría mal que vuelvas a verle y escribas tu otra ;)