28.2.08

PASO

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Si la campaña electoral más chabacana de la historia de la democracia está consiguiendo estimular la participación previsible, empiezo a pensar que mi sociedad y yo tenemos cada vez menos cosas en común.

A duras penas consigo entender (miento, no lo consigo) cómo es posible que el mercadeo de ofertas electorales, que cambian de un día para otro, esté consiguiendo atraer la atención de la gente. Sonará elitista, sonaré elitista, pero me da igual: si a eso llega la inteligencia y el sentido crítico de mis conciudadanos, prefiero a mi caballo.

No quiero decir con esto que cualquiera que piense depositar un voto sea gilipollas. Que nadie se ofenda. Creo que es posible encontrar razones para hacerlo que no sean completamente estúpidas, y creo que hay gente capaz de encontrarlas, aunque no sea mi caso, pero también estoy convencido de que muchos acudirán a las urnas sin haber comprendido siquiera lo que están haciendo, y pienso que éstos últimos serán mayoría.

Frente al deseo institucional, a mí me gustaría que la participación en las próximas elecciones fuese, más que baja, bajísima, y ello también por el profundo desprecio con que se trata a los abstencionistas: políticos de uno y otro bando y comentaristas políticos (también de uno y otro bando, la neutralidad no abunda) hablan de los beneficios que la abstención tendría para una u otra de las dos opciones mayoritarias, como si la opción abstencionista no tuviese una entidad propia, y su importancia sólo tuviese medida en el perjuicio o beneficio que causan a otros.

Se presenta la abstención como poco menos que un comportamiento antidemocrático, o insolidario, y se olvida con facilidad que se trata de un opción tan válida como votar a Fulano o a Menganito. Tenemos campañas de publicidad a favor de unos y otros, y una campaña intensiva de todos contra la abstención que, lo que es más grave, viene alimentada por las instituciones y sufragada con nuestros dineros.

En una repelente muestra de lo que instituciones y partidos llaman normalidad democrática, veremos cómo durante la jornada de reflexión todos los medios de comunicación y partidos políticos, la brigada demócrata al completo, llaman al voto, y no hace falta pensar mucho para deducir que, con ello, se están pasando por el forro de los cojones (democráticos también) la reflexión que pueda hacer alguien sobre la posibilidad de pasar el día de las elecciones viendo películas de los hermanos Marx.

Sería una desilusión para toda esta panda de intérpretes de la Constitución que la gente no acudiese a votar masivamente. Puedo imaginar toda su soberbia escapando de su cuerpo, en forma de diarrea, si comprobasen, el día después de las elecciones, que el país no está tan pendiente de ellos como les gustaría, que no son tan importantes y que su crédito es limitado.

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12 comentarios:

Jesús dijo...

Tengo alguna opción para votar a un partido, pero me estoy planteando seriamente pasar de ir ese día. Y estoy de acuerdo: no es porque pase del tema o no me interese, sino simplemente porque no hay que votar SÍ o SÍ. Por mal que se presente la opción, aparte de votar por votar también se puede quedar uno en su casa (con los hermanos Marx, jeje) y ni hacer acto de presencia.

Yo quizás esté entre esos últimos.

ismo dijo...

El caso es que, tras publicar esto, he leído que ETA hace campaña a favor de la abstención, así que lo de la abstención puede recibir muchas interpretaciones. Ni mis motivos ni los tuyos son los mismos que los de ETA aunque diésemos la misma respuesta electoral que esa panda.

Se dice que si no acudes a votar estás en contra del sistema (caso ETA) y si votas en blanco no estás conforme con ningún programa de ningún partido. La interpretación que yo hago del NO-VOTO (opción Hermanos Marx) es que el sistema no me gusta, entre otras cosas porque demoniza la abstención, pero no tengo nada contra nuestro sistema político constitucional sino contra el sistema electoral. Mi mensaje sería: "No pienso consentir con mi voto que sigáis derrochando mi dinero en campañas electorales estúpidas y chapuceras".

Como objetivo secundario, no me desagrada la idea de imaginar a un puñado de gabinetes de publicidad y propaganda preguntándose qué ha fallado... jejeje

dregenwar dijo...

"tienes que votar, aunque sea al menos malo" joder, esos son todos los argumentos que me dan cuando digo que yo NO voto. es mas, no solo no conecto con ningun partido sino que ademas no creo en este sistema politico (democracia=el menor de los males=no es suficiente para mi). sinceramente, creo que los politicos deberian ponerse las pilas y dar soluciones reales a los problemas en lugar de crearlos y encima querer hacernos participes de sus vilezas. sigo pensando que quien manda son las grandes multinacionales y las corporaciones, y los avances sociales que se pueden conseguir no son mas que moneda de cambio. me niego a pensar que no existe algo mejor

C. Ecke dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jesús dijo...

Lo mismo pensé cuando leí lo de ETA: ahora todos entramos en el mismo saco. Para empezar, no estoy 100% seguro de que no vaya a votar, pero me sorprende la reacción de muchos cuando se comenta la idea. Eso de que hay que votar aunque sea al menos malo no me convence; estaría bien que se dieran todos un buen palo de no-votos y así quizás vieran lo que la gente realmente piensa.

"[N]o me desagrada la idea de imaginar a un puñado de gabinetes de publicidad y propaganda preguntándose qué ha fallado... jejeje"

Jaja, no lo había pensado, pero es muy atractiva la idea.

malatesta dijo...

Respeto vuestra opinión, pero yo voy a votar, aunque aún no tenga claro a quién. Como dice dregenwar, la democracia actual es el sistema menos malo que hemos tenido. En su caso no es suficiente, en el mío sí. Si finalmente decido que no me quiero mojar siempre tengo la opción del voto en blanco, o votar a ese partido que sé que no va a sacar un escaño en tu provincia ni de coña (mención aparte merece el actual sistema de distribución de escaños).
Eso sí, no votaré porque me lo diga nadie, sino por convencimiento personal.

Javi dijo...

A estas alturas todavía no tengo claro lo que voy a hacer. Por un lado, no me acaban de convencer ninguno de los dos partidos mayoritarios, y no quiero dar mi voto a un partido nacionalista para que, con mi apoyo, chantajeen al resto de los españoles. Por otro lado, aunque opino, como dijo Ortega y Gasset creo, que "La democracia es la dictadura de los tontos.", prefiero esto a una dictadura real.
Finalmente, y teniendo en cuenta que el viernes anterior a las elecciones regresaré de un ejercicio táctico -vulgo maniobras militares- creo que optaré por la compañía de los señores Marx.legionar

Marta dijo...

Hicieron falta muchos años, mucho esfuerzo y mucha lucha para que hoy podamos tener el derecho a elegir quién queremos que gobierne nuestro país y en caso de no gustarnos ninguno de los candidatos, demostrar nuestro rechazo a sus propuestas mediante el voto en blanco.

No voy a desperdiciar lo que tanto sufrimiento costó a nuestros padres. Tengo derecho a opinar y a decir lo que pienso de estos políticos y su política con mi voto y es lo que pienso hacer el día 9.

Marta dijo...

Otra cosa es que piense que el sistema electoral podría mejorarse.

ismo dijo...

Malatesta y Marta (y Javi): no creo que ni Dreg ni Zigy ni yo (ni Javi) pretendamos arruinar la democracia. Nuestra actuación será discutible, pero no malintencionada.

En lo que me toca creo que son posibles varias democracias, y que la abstención es una forma de expresar que crees posibles otros modelos... y bastante imposible llevarlos a cabo bajo los actuales esquemas.

Decía que soy partidario del orden constitucional, y así es, aunque discrepo de muchas de las interpretaciones que se hacen de la Constitución, y que conducen el sistema por un camino que a mi no me gusta demasiado.

Por otra parte, la abstención es también una sanción a una clase política que me asquea cada vez más. El voto en blanco podría ser una opción, aunque yo prefiera expresarlo con más rotundidad. Un 70% de votos en blanco también sería muy significativo.

En cuanto al sufrimiento, yo soy uno de los que tenía Glory Row en su primer Aqualung, en lugar de Locomotive Breath... En cierto modo sufrí los últimos coletazos del sufrimiento, así que creo que puedo disponer de él.

Pd.- Y me encanta Glory Row, por cierto, ya que he traido a los Jethro...

Jesús dijo...

Jaja, jamás creía que vería a los Jethro Tull en una conversación sobre política, jeje. Discazo ese "Aqualung", uffff.

ismo dijo...

Jejeje

El caso es curioso, para quien no lo conozca de antes. Los censores de FRanco condenaron Locomotive breath (vaya ud. a saber por qué pollada) en Aqualung y la sustituyeron por Glory Row... pero en el siguiente disco de Jethro, Living in the Past, Locomotive Breath dejó de estar proscrita, y todos pudimos disfrutarla.

De todo ello resulta que los censurados españoles pudimos escuchar Locomotive y, por suerte, también Glory Row, que en formato cd salió sólo como extra en el remasterizado de ¿War child?

Por cierto, también padecí la censura en el Sticky Fingers de los Stones. Se ve que al censor le ponía el paquetón y decidió que aquello no podía ser...

Y un pequeño pullazo, jeje: por esos años también asistí a un concierto de Lluís Llach con Estaca, Gallineta y todo lo que hiciese falta, sin censores y sin pamplinas. Ayayay con los sufridos cantautores, que tan mal lo pasaban, pobrecillos....

En fin

"In the shuffling madness
of the locomotive breath,
runs the all-time loser,
headlong to his death"